jueves, 8 de agosto de 2019

Micro relato La noche.


La noche.


Corre no mires atrás, sígueme yo os guiaré hasta la entrada al refugio.
 Helen y Sabrina seguían asustadas a ese hombre, armado hasta las cejas, alto, de unos treinta años, al poco lo que parecía la entrada a un edificio en su día gigantesco apareció ante sus ojos. En la entrada había varios hombres armados tras un montón de sacos de arena y una mujer madura de unos 50 años con un brazalete azul, igual que llevaba el hombre que las guiaba.
—Vamos ya estamos, aquí estaremos seguros.
Saludaron a la oficial de la puerta Elvira.
—¿dónde las has encontrado?<<Preguntó la mujer>>
—Estaban deambulando sin rumbo por la calle buscando comida, al parecer estaban escondidas en una casa desde la invasión.
Habían llegado por sorpresa, nadie tuvo tiempo a reaccionar, a pesar de los sofisticados sistemas satélites para vigilar el espacio exterior, la primera oleada de naves empezaron a atacar las bases militares, centrales nucleares, aeropuertos ferrocarriles. etc. No habían dejado nada de la civilización de los hombres, lo peor ocurría cuando por la noche bajaban a tierra y empezaban su festín. Hacía falta algo más que balas para derribar a una de aquellas criaturas….

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