Sin recuerdos
“¿Quién era aquella cara con barba de meses? El famoso
comisario Andrés. Alias El Aguijón, agente especializado en la unidad antiterrorista”.
El teléfono empezó a sonar otra vez
─ ¡Mierda!
Estaba en algún
lugar del salón como podía sonar tan fuerte, si no lo cogía la cabeza le iba a
explotar.
─ ¿Si, diga? Esperó que contestaran y reconoció la voz
enseguida de su compañero Agustín. Alias El Elefante.
─ ¿Aguijón? soy Elefante,
ni se te ocurra colgar si no quieres que me presente en tu cochinera ¿Desde cuándo
no limpia la casa? Ya la última vez que estuve necesitaba una brigada de
limpieza.
─Vete a la mierda ¿qué coño quieres?
─Eso, mierda es lo que Habrá en tu casa.
─ ¡Me dices lo que quieres! ¿O cuelgo?
─Está bien, mira el
mensaje con la foto que vas a recibir y me llamas, si tardas más de media hora
iré a tu casa.
Pulso a enviar y
colgó el móvil. La foto era de un hombre y el mensaje decía: ¿Conoces a este
hijo de puta? La mirada se le fue enseguida hacia el retrato de la mesilla de noche,
donde estaba con Marta en uno de sus viajes, empezó a recordar escenas;
disparos, coches derrapando y estrellándose, gente corriendo hacia ellos aterradas.
Conocía aquella cara, era el terrorista que disparó a placer en aquella plaza
de Paris, donde habían muerto catorce personas, entre ellas estaba Marta.
Cogió el móvil y
llamo.
─Es él, mándame los
informes y nos vemos en mi casa ahora.
─Voy de camino, tengo
el manos libres puesto; ahora nos vemos, pero recuerda que estas de baja
psicológica.
─No te preocupes deja
eso de mi cuenta. Aún no estoy loco, cualquiera puede engañar a esa psicóloga
lleva más de diez años en el puesto.
─ ¿Seguro Andrés? “Si
no sabes que esa mujer es tu esposa”.─ Pensó su compañero.
─Como quieras, me
falta quince minutos para llegar más o menos ¿podrías arreglar la casa un poco
antes de que llegue? ¡Por lo menos echa ambientador!
─¡Vete a la mierda!
Había llamado a la
psicóloga y le había dado cita para esa misma tarde en el único hueco que podía.
El terrorista llevaba
varios días en Madrid, todo indicaba que estaba organizando un comando, para
actuar otra vez en Francia, con lo cual, los servicios franceses de
inteligencia también intervendrían en la operación.
Era el mejor y su pérdida de memoria, solo se
debía al trauma dé perder a Marta y no poder hacer nada, después de todo fue
uno de los treinta heridos en el atentado y se había cargado a los otros dos
miembros del comando terrorista. Estaba seguro que lo aceptarían en la
operación.
En la consulta de la psiquiatra.
Toco a la puerta que estaba abierta.
─Pasa Andrés, te
estaba esperando siéntate.
─Prefiero estar de
pie si no te importa.
─Se lo que traes
entre mano, puede ser muy peligroso incorporarte al trabajo en tan poco tiempo.
─Sabes que no me
quitare de la cabeza lo que le paso a Marta, debo hacer algo y me darás el alta. La necesito.
─ ¿Qué sabes sobre
marta? Solo su nombre y varias fotos, donde aparecemos juntos. Andrés debes
recuperar la memoria, yo quería a mi hermana más que tú, ¿Sabes quién soy? La
mujer se dio la vuelta para no dejar ver el sentimiento de rabia que sentía,
había perdido a una hermana al mismo tiempo que su querido marido la memoria
desde ese día.
─Te equivocas he
recuperado algo ,la memoria ,sé que tú eras parte muy valiosa de mi vida ,recuerdo
retazos en sueños ,pero marta tenia veinte años cuando la mataron delante mía y
a toda esa gente ,debo estar en esa operación ,si no lo estoy nunca me recuperaré.
─Ahí está mi informe
sobre el alta, mañana mismo te incorporas.
─Gracias cariño,
pronto volveremos a estar juntos.
Era así como solía
llamarla casi nunca la nombraba por su nombre.
─Por favor Andrés ten
cuidado.
Andrés se acercó a
ella por dé tras, la abrazo, la beso en la cabeza y se fue.
─Nos veremos, te lo
prometo, Estefanía pronto se acabara todo.
Hacía dos meses justo
que no la llamaba por su nombre o le hacía ningún gesto que la hiciera recordar,
que estaban casados, desde la muerte de su hermana.
Cuando se dio la
vuelta con los ojos llenos de lágrimas, Andrés ya se había marchado.