El hombre que apareció en la lluvia.
Elena solía dar largos paseos por la playa, pero aquel día
decidió no salir de casa llovía torrencialmente y el viento era fuerte lo que
hacía tener una sensación climática de más frio.
Ni siquiera ha Tom su perro le apetecía salir acurrucado en
su cojín; la miraba asustado. .Miró por la ventana que daba al jardín, el tipo
del parque seguía inmóvil, antes no había puesto interés en él pero hacía unos
minutos que había mirado, Qué clase de persona podría estar quieto en
medio de una tormenta como esa.
En el parque infantil por supuesto no había nadie, le
extrañó el comportamiento de aquel hombre. Volvió la vista al café ya debería de estar a punto
de silbar la cafetera y espero un poco ,cogio la cuchara y echo el azucar al café.
Los truenos y relámpagos no tardaron en aparecer, ahora
entendía el porqué de la actitud de Tom estaba asustado por los truenos, serían
las diez de la mañana y parecía más temprano la mayoría de las farolas estaban
encendidas aún .sonó el timbre del telefonillo.
—Elena soy Lucia,¿ Me abres la puerta cariño? .Su vecina Lucía seguramente se habría dejado otra vez las llaves en casa.
Decidió salir a esperar que pasara por la puerta, seguramente
vendría de la tienda de hacer las compras, estaba aburrida le vendría bien un
poco de charla.
—Vienes empapada, buen día para salir de compras._Hablo
Elena_Te apetece un café.
—No, te lo agradezco de veras, pero los niños están solos arriba, hoy
no había colegio, por lo de la alerta amarrilla
—¿Alerta amarrilla? no suelo ver la tele muy a menudo de noche.
—Estamos en alerta por el temporal, cualquier día se acaba el mundo y
ni te enteras.
—¿y juan está trabajando?
—Pues sí, qué remedio, salió temprano para el trabajo tiene turno de mañana,
¿Has visto el tipo del parque?
—Si lo he visto.
, ¿No te parece raro?Quién sabe si no es algún loco, yo por lo menos no pienso preguntarle qué está haciendo. Bueno te dejo que estoy calada hasta los huesos y los niños deben estar despiertos haciendo de las suyas.
, ¿No te parece raro?Quién sabe si no es algún loco, yo por lo menos no pienso preguntarle qué está haciendo. Bueno te dejo que estoy calada hasta los huesos y los niños deben estar despiertos haciendo de las suyas.
—Vale hasta luego.
Tras cerrar la puerta Elena se dirigió a la ventana que daba al parque.
El hombre seguía en la misma posición sin moverse, como si fuera un elemento más
del parque infantil, la lluvia no paraba de caer .¿desde cuando estaba ese
hombre allí? Si lo había visto la vecina también debería estar mucho tiempo. Estaría
empapado "penso" Tomó la taza de café solo, mirando por la ventana
era como si la persona que estaba en el parque estuviera en trance. No se
acercaba nadie, acabó de tomarse el café, cogió el chubasquero, el paraguas con
aquel viento no serviría de mucho. Decidió bajar al parque y preguntar qué le
pasaba a ese hombre.
— ¿Señor le pasa algo.se encuentra bien? Pensaba más que nada que era
un hombre por su altura debía de medir cerca de los dos metros, tendría unos
treinta años y no contestaba ,a pesar de llevar chubasquero ya estaba calada hasta
los huesos se vio un gran relámpago y a continuación sonó el trueno.
— ¿señor se encuentra usted bien? "Repitió la pregunta tocando
el brazo derecho de aquel hombre",, ¿le pasa algo, le puedo ayudar?
Al sentir la mano de Elena, este despertó o pareció hacerlo y miro a
Elena sorprendido.
—¿Qué diablos …quién es usted dónde
estoy? "Preguntó el hombre nervioso"
Lo hizo con un acento distinto, parecía desorientado, lo más raro era
que hasta que no lo había tocado con su mano en el brazo; no se había mojado ni
gota o eso parecía.
—¿Necesita
ayuda?"repitió una vez más Elena"
—¿Dónde estoy?
—En Cádiz "contestó extrañada"
—¿En Cádiz cómo es posible?.
—¿Le parece bien si nos resguardamos de la lluvia? Venga y hablaremos más
tranquilos.
El hombre la siguió, cruzaron la carretera dejando atras el parque en forma de triangulo con los columpios pintados de colores la carretera parecia un rio, la puerta del bloque estaba abierta allí estaban esperándolos
Lucía y su vecino Eduardo ,su vecino de enfrente con una gran toalla en las
manos.
—Dios estáis empapados"hablo Lucía"¿Le ocurre algo al
hombre?
—Parece que está bien, creo que solo está confundido "dijo
Elena"
—Tome séquese con esta toalla"intervino Eduardo"¿Que le parece si subimos arriba?En mi casa puede que tenga alguna ropa de mi hijo, quizás le quede algo bien.
—Oh gracias, la verdad que no sé lo que me ha pasado.
—No se preocupe usted ahora en dar explicaciones, subiremos a mi casa
a que se cambie y luego hablaremos más tranquilos.
—Si será lo mejor ¿le parece bien? yo también necesito cambiarme de
ropa y Eduardo vive en frente de mi casa.
El hombre asintió con la cabeza y siguió por las escaleras a Elena hasta
el piso, donde Elena entró en su casa y Eduardo y él, entraron en la de
enfrente. La tormenta arrecio en vez de amainar,el perro estaba asustado y
temblando en su cojín .Pasaron unos diez o quince minutos y Eduardo llamó a la
puerta de Elena aunque esta estaba entre abierta.
—¿Se puede?
—Pasa Eduardo, ¿cómo está el hombre, está más
tranquilo?
—Eso parece, se llama Aitor y es vasco, solo le he logrado sacar su
nombre y de donde es.
Los tres se dirigieron hacia la casa de Eduardo que estaba con la
puerta abierta, desde dentro se oía la televisión, la cual estaba viendo
atentamente Aitor, sin perder detalles de las noticias del gran temporal que
cruzaba España. Salía los destrozos provocados en distintas zonas de la península y justamente en un pueblo del
país vasco, estaba viendo su casa en ruinas, el temporal había pasado en forma
de tornado y lo había arrasado todo a su paso, había un desaparecido, según la
presentadora un hombre de unos treinta años llamado Aitor Echevarría al que los
servicios de emergencia buscaban por la zona.
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